Ya en pleno verano, son muchísimas las personas que se preguntan si hacerse un tattoo en esta época del año es o no una buena idea. Pues bien, lo cierto es que, en líneas generales, hacerse un tatuaje en verano no tiene nada de diferente de hacérselo en cualquier otra época del año. No obstante, durante la época estival, son muchísimas las personas a las que les gusta tomar el sol y darse un baño en la piscina o en la playa.
Así, en el caso de aquellas personas que puedan estar dos semanas sin bañarse en el mar o en la piscina, así como sin tomar el sol, hacerse un tatuaje en verano no supone ningún problema. En caso contrario, quizá sea mejor esperar a que llegue el otoño.
Por lo tanto, respondiendo a la pregunta sobre si resulta más peligroso hacerse un tatuaje en verano, la respuesta es no, siempre y cuando se cuide adecuadamente para evitar cualquier tipo de problema.
Cómo cuidar un tatuaje hecho en verano
A continuación señalamos una serie de cuidados y recomendaciones para cuidar un tatuaje durante el verano.
- Baños: hasta el momento en el que el tattoo haya cicatrizado por completo, los baños en el mar o en la piscina quedan totalmente prohibidos por dos razones. Por un lado, existe un cierto riesgo a que se borre parte del dibujo. Y, por otro lado, el cloro de la piscina y la sal del mar aumentan el riesgo de que el tatuaje se infecte.
- Sol: del mismo modo que los baños, el sol también hay que evitarlo. La exposición prolongada a los rayos solares disminuye la pigmentación del tatuaje. Además, hay algunas hipótesis que señalan que tomar el sol en combinación con la tinta del tattoo aumenta el riesgo de sufrir cáncer de piel en el medio y largo plazo.
- Protección: es muy importante proteger adecuadamente la zona en la que se ha hecho el tattoo. Para ello se debe utilizar crema solar con el objetivo de evitar la incidencia de los rayos solares sobre la misma y, además, utilizar ropa ligera y de algodón, nunca demasiado ajustada.
- Rascarse: aunque en ocasiones parezca inevitable, es muy importante evitar rascarse la zona del tattoo porque puede dar lugar a infecciones o cualquier tipo de alteración en el diseño. Quitar las costras que se forman durante el proceso de cicatrización y curación tampoco es una buena idea.
Independientemente de la época del año en la que se haga el tatuaje, este debe cuidarse de forma adecuada para evitar el riesgo de infección. Merece la pena conocer que en un alto porcentaje de casos, la infección de los tatuajes viene dada por un mal cuidado de los mismos.
Así, es esencial limpiar la zona con una pomada antibiótica. Luego, se debe tapar con una venda durante las dos horas siguientes; el apósito debe ser grueso, absorbente y antiadherente. Para retirarlo, hay que humedecer previamente la zona con abundante agua tibia. Luego, se limpia el tatuaje con agua y jabón pH neutro y, a continuación, se deja secar al aire libre.
Por lo general, un tatuaje debería estar totalmente curado una vez transcurran entre cuatro y seis semanas aproximadamente. Claro que este periodo de tiempo depende de varios factores, como por ejemplo el cuidado que se le preste o la zona del cuerpo.